EFRAÍN RIBERA
“Un acto que marcó el inicio de una nueva historia”
Hacer la diferencia, sobresalir del grupo y a la vez ayudar a quienes necesitan y desean mi ayuda, esa sea posiblemente la descripción que más podría acoplarse a mi persona.
Mi nombre es Efraín Rivera, el segundo hijo de mis padres, siendo mi hermana la mayor y mi hermanito menor. Nací en la cabecera departamental de Huehuetenango, el 02 de septiembre de 1985. Crecí en San Idelfonso Ixtahuacán, municipio de Huehuetenango, una pequeña población, que anteriormente tenía calles empedradas, con un pequeño parque, del que yo creía ser el dueño cuando era niño. Mi familia es de escasos recursos, pero por lo menos nunca faltó comida en casa.
Desde muy pequeño siempre fui una persona muy obediente, no había necesidad de que me obligaran a hacer mis tareas, ni de que me ayudaran. En el colegio no solo me destacaba por mis buenas notas, sino por participar en concursos de oratoria, poesía y dibujo. También participar en concursos donde se necesitaba tener una buena memoria. Los años de primaria fueron tranquilos, con pocos amigos, pero muy bien elegidos.
La educación de nivel básico serían tres años llenos de experiencias, en el que me abriría un poco más hacia el mundo exterior. Lo que descubrí en ese ciclo fue mi habilidad en las artes plásticas. Casi siempre, en la temporada de exámenes, mi casa se veía inundada de amigos que requerían de mi ayuda para estudiar. Generalmente aprobaban las materias, pero muy pocos agradecían la ayuda, excepto una amiga, quien me dijo que ella no hubiera podido pasar el básico sin mi ayuda. Fue solamente una persona la que agradeció, pero para mí fue más que suficiente, había cumplido con mi misión.
Estudié diversificado en el “Instituto de Perito en Administración Pública (IDAP)”, el cual contaba con pocos alumnos y casi nadie lo conocía. Era un lugar pequeño, y las instalaciones precarias. Sin embargo lo que sí me agradó mucho fueron los profesores, eran personas bastante amigables, era mucho más cercana la relación debido a que éramos pocos estudiantes. Durante toda la carrera nos hablaron sobre un galardón, que se otorgaba a los estudiantes que tenían un promedio mínimo de 90 puntos durante la carrera. Los primeros dos años obtuve un promedio de 88, mis profesores me exhortaban a que me esforzara un poco más, y así poder tener un promedio acumulado de 90 puntos, el sueño de mi director no era únicamente que obtuviera el galardón, había un reto aún mayor, él deseaba que yo ingresara en una de las mejores universidades de Guatemala., a la Universidad Francisco Marroquín, yo nunca había oído hablar de esa universidad.
El día de la graduación había llegado, había alcanzado todas mis metas. Yo era el primer estudiante de mi establecimiento en obtener el “Galardón a la Excelencia Estudiantil ” que otorgaba Industrias de la Riva. Conjuntamente con el galardón también me entregaron un sobre que contenía información sobre becas de diferentes universidades. Muchas de las becas ya habían cerrado los procesos de admisión, excepto dos, una de ellas era la Universidad Francisco Marroquín, había una última fecha para realizar los exámenes de admisión, y no dejaría pasar la oportunidad. Mis padres y profesores me brindaron su apoyo. El proceso inició, fue bastante cansado pues tenía que viajar desde Huehuetenango hacia la capital, pero al final valió la pena. La prueba final había llegado y por fin fui aceptado en el programa de becas “Impulso al Talento Académico”, mejor conocido como ITA. Yo era el primer estudiante de Huehuetenango que ingresaba a dicho programa.
Ingresé a la universidad en el 2004. El primer año fue difícil, pues yo no conocía la capital, la residencia donde vivía quedaba lejos de la universidad, y además era un ambiente diferente, pero pude seguir adelante. En el año 2006 se me presentó la oportunidad de estudiar un semestre en el extranjero, en la Universidad Complutense de Madrid, una experiencia muy enriquecedora. Pude conocer a personas muy interesantes, el nivel académico era mucho más elevado, todo eso me emocionaba.
Actualmente estoy concluyendo la carrera de Administración de Empresas con especialización en Mercadeo. Hay muchas personas a las que debo de agradecer por el apoyo que me brindaron. Aún falta mucho camino por recorrer, existe un mundo lleno de oportunidades que aguardan por nosotros, solo es cuestión de lanzarse, de arriesgar un poco más, pero siempre siendo fieles a nuestros principios.
A veces solamente es necesario un pequeño acto de reconocimiento hacia nuestras cualidades, en nuestro potencial, que nos animen a exigirnos un poco más, y en mi caso, eso fue justamente el efecto que causó el Galardón a la Excelencia Estudiantil