CARLOS FERNANDO ALARCON ARGUETA

Mi papá era Médico y Cirujano graduado, y mi mamá es Licda. En enfermería.  Cuando tenía año y medio, me enferme gravemente de mi pulmón derecho, y sólo porque Dios es tan misericordioso estoy con vida.  Viví en Jalapa durante 6 años, hasta que mi papá lamentablemente falleció un 22 octubre de 1990, este fue el día más impactante de mi vida. 

Recuerdo aún la última vez que lo vi con vida y por estar jugando no fui a despedirme de él.  Considero que el hecho de que mi papá faltara, hizo que todo lo que mi madre querida podía darme con gran esfuerzo, que en esos años aún era enfermera profesional (trabajaba mañana, tarde y noche), lo valorara al máximo y me propuse sacar a mi mamá adelante.

Nos venimos de Jalapa a vivir a Nimajuyu I, mi mamá como pudo me inscribió en el colegio, me aceptaron condicionado, ya que yo entraba a Tercero Primaria con 7 años de edad, debido a que cuando estudiaba en Jalapa me adelantaron dos años porque ya sabía multiplicar y leer cuando entré a párvulos.  Esta condicionante era con el fin de que si yo no rendía en tercero durante el primer bimestre, me regresaban a primero, lo cual por la gracia de Dios no pasó y terminé en ese colegio hasta sexto primaria.  Cuando iba a entrar a primero básico mi mamá decidió cambiarme de colegio.  Me aceptaron con la condición de que me tenía que ir bien en el primer bimestre para seguir en el colegio.

Gracias a Dios pude nivelarme y saqué hasta tercero básico; en el acto de clausura de este último año recibí la medalla de Aplicación de la promoción de básicos.  Por el hecho de seguir lo que yo quería en diversificado (Bachillerato) me cambié de colegio nuevamente e ingrese al Colegio San Pablo. 

El día de mi acto de graduación después de haberme entregado el diploma de Bachiller, un representante de Industrias De La Riva me hizo entrega del Galardón    De La Riva a la Excelencia Estudiantil y un diploma por haber obtenido el promedio más alto de mi promoción 2000.  Sin embargo, esto no era todo, ya que esa persona leyó una carta de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín en la cual me invitaba ha asistir a los exámenes de admisión y al proceso de selección del programa ITA.

Nunca se me olvidará esta tarde de diciembre de 2000, cuando de la facultad llamaron a cuatro personas entre las cuales estaba yo, para decirnos que nos habían dado la oportunidad de estudiar allí y pertenecer al programa ITA, del cual me siento muy orgulloso de pertenecer; y sobretodo profundamente agradecido con Dios, la Virgen María y con todas aquellas personas que hicieron y hacen posible este sueño.

La carrera que escogí fue la de Administración de Empresas con especialidad en Finanzas.  Espero primero Dios sacar un postgrado en el extranjero.