Testimonios Galardón a la Excelencia Estudiantil
OTTO RECINOS RICCI
N ací en la ciudad de Guatemala, el 1 de noviembre de 1984. Soy el mayor de tres hermanos. Cuando era muy pequeño mi papá se fue de la casa; al ver el esmero y dedicación que mi mamá hacía para sacarnos adelante y proporcionarnos lo mejor, me puse a pensar en cómo podría ayudarla para que se sintiera más aliviada. No podía hacerlo económicamente, ni mucho menos ponerme a trabajar; por lo que me propuse, desde entonces, sacar siempre las mejoras notas en el colegio.
En ese tiempo comenzaba a estudiar en La Preparatoria, de donde posteriormente me graduaría con condecoraciones y honores. Ver el sufrimiento y las penas de mi mamá, éstas me llevaron a asumir el compromiso de ser un ejemplo a seguir para mis hermanos, por lo que pienso que a muy temprana edad las circunstancias me enseñaron a madurar y ver las cosas desde otro punto de vista.
Conforme iban pasando los años, fui participando en semanas culturales, pruebas de conocimiento y encuentros deportivos. Muchas veces gané, pero muchas otras fracasé. Éstos fracasos me desanimaban mucho, pero logré superarlos con esfuerzo y dedicación, valores que aprendí con ayuda de mis profesores.
En sexto primaria (1997), cuando ya se aproximaban las fiestas patrias, me eligieron como portador del Banderín con el emblema del Colegio para el tradicional desfile que desde hace ya más de 75 años se celebraba. Esta oportunidad era de las más privilegiadas, ya que otro compañero y yo dábamos inicio al desfile. Ese mismo año, en la clausura me condecoraron con una medalla de honor por la excelencia académica, aplicación, aprovechamiento y caballerosidad durante mi estadía en el colegio. Cuando estaba en tercero básico puse en práctica mi talento para la pintura, elaborando obras en óleo y que posteriormente ganarían varios primeros lugares en competiciones intercolegiales.
Al iniciar mis dos últimos años de Colegio para obtener el título de Bachiller en Ciencias y Letras mis aptitudes para los negocios ya se hacían más concretas, ya que desde quinto primaria se hicieron visibles cuando comencé vendiendo desde gelatinas congeladas hasta lapiceros Micro (con lo que le ayudaba con las ventas a mi mamá ya que era la empresa donde trabajaba en ese entonces). En el Colegio siempre me caractericé como el “comerciante de piedras” ya que decían que si me daban piedras, las terminaba vendiendo.
Esos dos últimos años fueron los decisivos para escoger mi carrera, Administración de Empresas. Cuando terminé el quinto año de diversificado, sabía la carrera, pero aún no había hecho las pruebas para entrar a ninguna universidad, ya que estaba buscando oportunidades de becas y nunca se me presentaron.
El día de la graduación fue uno de los días más felices de mi vida, porque estaba ansioso por pasar a otra etapa, donde probablemente las puertas del mundo se me abrirían. Ese día me nombraron con varios honores como: alumno distinguido del año académico, distinguido por exámenes finales y por el temario científico. Pero no fueron condecoraciones tan importantes como la que posteriormente me impondría De la Riva Hermanos: El Galardón a la Excelencia Académica. Yo sabía del reconocimiento (medalla) que otorgaban, pero nunca me imaginé que en el sobre que entregaban con la condecoración también iba a estar el futuro de mi vida. Ese día al llegar a mi casa abrí el sobre y cuál sería mi sorpresa al encontrar un volante de la Universidad Francisco Marroquín ofreciendo una beca para gente con talento académico. Afortunadamente fui uno de los estudiantes seleccionados para poder gozar de los beneficios de la beca. Así que ingresé a la carrera de Administración de Empresas.
Actualmente estoy de intercambio en la Universidad Complutense de Madrid, donde estoy realizando el séptimo semestre. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, ya que ha hecho que vea el mundo con otros ojos, tanto por la belleza de este país como por poder convivir con otro tipo de cultura diferente al nuestro.
Realmente en este momento me doy cuenta que uno únicamente tiene una idea de a dónde se dirige pero no todo va a ser como se planea. Muchas de las mejores cosas de mi vida han pasado sin ni siquiera imaginármelas. Creo que es muy temprano para decir todavía que va a ser de mi futuro, sin embargo ansío tanto el éxito familiar, laboral, económico y académico, que lo único que puedo hacer es esforzarme y aprovechar cada una de las oportunidades que se me brinden, sean mínimas o de máxima importancia.